LAS CASONAS DE TANTI :

LEGADO DE IDENTIDAD DE HISTORIAS COMPARTIDAS

En pleno centro de la localidad de Tanti, en la intersección de Avenida San Martín y Santiago del Estero, encontramos un “fragmento arquitectónico”(1), en el sentido de “una unidad morfológica integrada por tres o más inmuebles”, conjunto de viviendas privadas que poseen rasgos tipológicos y arquitectónicos similares, cuya construcciones datan de fin del siglo XIX o principio del XX. Las casonas a las que me refiero son: “La Irene”, la “Casa Asturiana o Colonia El Parque”, “La Malisa”, entre otras.


CONTEXTO HISTÓRICO DE CONSTRUCCIÓN
Tanti comenzaba a perfilarse como un destino muy propicio para el establecimiento de familias de inmigrantes que buscaban asentar sus comercios en una región que prometía desarrollo inminente. Se trataba de un lugar de tránsito interregional, próximo a las rutas de los caminos reales con capillas, estancias y postas de los viajeros de entonces. Al mismo tiempo, el pueblo se consolidaba como una villa turística, en una mixtura cultural entre antiguos o nuevos residentes y los veraneantes estacionales, todos aportando variedades étnicas, culturales, linguísticas y raciales, valores tangibles e intangibles ligados a sus costumbres de origen. El buen clima, la tranquilidad y naturaleza fueron las características principales que tentaban a una nueva clase burguesa de la mitad del período republicano, a construir sus moradas de vacaciones - bien atractivas- rodeadas de jardines, para el descanso en medio del paisaje serrano.

“LA IRENE”
En esta publicación en particular, voy a extender los detalles de la casona “La Irene”, ya que sus dueños originales fueron la familia Rodriguez Simes, oriundos de Córdoba Capital, ligados a mi bisabuelo libanés, Felipe Kamar, ( el padre de mi abuela Genoveva de Simes ). Él era carpintero, su taller de trabajo estaba ubicado en la calle Buenos Aires 346 de la ciudad de Córdoba y fue quien realizó los trabajos de madera para el interior de esta casa en Tanti.
Hacia la década del ´30, los Rodríguez Simes vendieron la vistosa casona al Dr. Santiago Bottaro, de Buenos Aires, quien la denominó “La Irene”, en honor a su esposa, la Sra. Irene Castilla de Bottaro.



Tanto mi abuelo Yalil como mi padre Jorge Simes ( Coki ) y mi mamá, Ana de Simes, siempre han recordado a esta amigable familia de visitantes y nuevos dueños de la casa: “Los Bottaro venían cada verano en un automóvil Buick modelo ´36, color azul marino, eran muy agradables personas, al punto que entablaron una relación de cartas y postales a través de los años”, recuerdan Ana y Coki.


“La casa tenía algo muy particular para las primeras décadas del siglo XX: una antena pararrayos como defensa ante las fuertes tormentas y el suministro de agua se tomaba con caños y dos motores desde el Arroyo Tanti”.




Por otro lado, la nieta del Dr. Bottaro, la Sra. Luz Bottaro, desde Buenos Aires, supo transmitirme de manera impecable la memoria, el cariño y la nostalgia de sus seres queridos disfrutando de Tanti: “Mi abuelo Santiago le compró esa casa con mucho amor para mi abuela Irene. Disfrutaban muchos meses ahí, él le dedicaba mucho amor, poniéndole carteles, plantando árboles, armando casas para los pajaritos, pintando cuadros. Era su reducto de Paz y Amor. Mis padres y nosotros también la disfrutamos y los mejores recuerdos de mi vida los tengo en ese lugar. La casa para mí era como e1 paraíso, lleno de misterios y de amor. A la casa le imprimieron un estilo de decoración morisca, mosaicos y detalles de época en el amplio jardín con estatuas. En la torre estudiaba mi padre, el Dr. Carlos Bottaro, gran y reconocido médico y pediatra. Yo me encerraba o me encerraban a estudiar para mis exámenes de Marzo…¡ Vivía en otro hemisferio!, así me lo describió Luz a través del teléfono, con gran emoción en su voz.



Según sus comentarios, ella pasó en esa casa de Tanti los mejores años de su vida: asados, peñas, caballos, salidas nocturnas a caballo con luna llena, caminatas, los amigos cordobeses, rosarinos y porteños. Sin lugar a dudas, la nieta del Dr. Bottaro tiene grabados en sus cinco sentidos las características de los muebles:” la mesa del comedor era un sueño, las camas grandes, los placards, el olor a madera, la cocina a leña. Los botellones para el agua de vertiente, los faroles…todo era tan telúrico y mágico!”, me apuntó con mucha añoranza.
“Cruzar esos vados con el ruido de los cascos de los caballos. El olor a lluvia y la recolección de los sapitos de color con mi hermano. Mis idas en camioneta con Coco Saad y sus hijos, las ricas colaciones hechas con tanto amor ( Fábrica de Alfajores Saad y Simes ). Las campanas de la casa que sonaban cada vez que pasaba alguien por ahí. Las vírgenes construidas por mi abuelo con piedras. En la torre, un gato en el techo que todavía se conserva. Todo huele, se siente de una manera imposible de explicar”. Con estas palabras cerramos temporalmente la conversación a la distancia con Luz Bottaro, recordando que la casona fue vendida a la familia Argibay Molina de Buenos Aires.

LAS OTRAS CASONAS DE LA CALLE SANTIAGO DEL ESTERO
Antes de finalizar, haré aquí una breve mención a las otras casonas de la calle Santiago del Estero que conforman el “fragmento arquitectónico” con similitudes de estilo y época de construcción. A pocos metros de “La Irene”, se conserva una bella casona del 1900, construída por una familia asturiana y vendida en 1957 a la Federación Vial de Santa Fe para transformarse en la Colonia “El Parque”, hoy Hotel Vial “4 de Abril”.



De igual modo se destaca la casa “La Malisa”, de la familia Flores, donde ha vivido hasta hace unos años atrás la amable Sra. Ileana de Flores, cuyo aljibe y fachada decoran la esquina del ingreso al Barrio Villa Alpina.


Allí mismo se luce también la arquitectura de la vivienda de la familia Morcillo Suárez, con un parque amplio y estilo de época.


Por último, no puedo dejar de mencionar la presencia de la vivienda “Las Marianitas”, con terreno hacia calles Santiago del Estero y Chaco. Es una vivienda edificada en 1940 y comprada inmediatamente por el Sr. Juan Schiaffino, una familia de Buenos Aires que le realizó ampliaciones, parquización, terrazas con frutales, pinos, tuyas y paraísos.


Sus propietarios de siempre continúan teniendo a esta casa como lugar de vacaciones.


Es un chalet de los que comenzaron a ponerse de moda hacia mediados del siglo pasado, cuando los cambios sociales en el turismo permitieron la llegada de un sinnúmero de turistas que planificaron sus chalets en diferentes tamaños y tipologías, pero todos marcando lo que sería un perfil arquitectónico de Tanti, un legado de identidad urbana, una memoria social recopilada desde las historias compartidas entre los lugareños y los visitantes de todas las épocas.

Lic. Ana Claudia Simes - Tanti - 2020

-Agradecimientos por fotos y relatos: Jorge ( Coki ) Simes / Ana María Bobatto de Simes / Luz Bottaro / Roberto Schiaffino.
(1) Fragmentos: Unidades morfológicas integrada por tres o mas inmuebles ( o su equivalente en metros lineales no inferior a 25 mts sobre la línea oficial ). Poseen composición, rasgos tipológicos y/o arquitectónicos similares.
Curso de Patrimonio Arquitectónico Argentino. Clase N° 12. Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. 2020.

Comentarios

  1. Excelente tu exposicion, me fue muy util porque no encontraba informacion sobre esta parte de la historia de Tanti. (poco y nada)
    Alicia

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  2. Muy interesante el artículo, pasamos por el lugar y nos gustó mucho. Nos preguntamos si se puede conocer por dentro o no está abierta al público. Belén

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  3. Hola, gracias por tu pregunta. Son viviendas particulares, no están abiertas al público. Saludos, Ana

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