CINE TEATRO GRAN SIERRAS:

ESPACIO DE CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES

La FUNDACIÓN DE HISTORIA Y PATRIMONIO NATURAL DE TANTI ha ofrecido a lo largo de varias semanas un CICLO INFORMATIVO con relatos y fotos del pasado de nuestra localidad con la finalidad de recopilar desde la narración escrita y los testimonios de vecinos y turistas, la historia de nuestro pueblo. El mismo finaliza esta semana con la segunda parte de la historia del “Cine Teatro Gran Sierras”, una construcción más que significativa para Tanti.


La Arquitecta Urbanista Mgster Carolina Dardi llevó a cabo la búsqueda de la información y los informantes, articulando el informe en dos entregas.
La primera de ellas desde una perspectiva más bien arquitectónica y cultural, (
https://www.facebook.com/Junta-de-Historia-y-Patrimonio-Natural-de-Tanti-1146613955435495
), mientras que en la segunda publicación me sumo a su trabajo con una reflexión final de rescate de su valor simbólico social del Cine Teatro en su rol de haber sido un espacio de construcción de identidades individuales y colectivas.
El edificio fue construido en 1951 por el Dr. Atilio Vuotto, con una arquitectura y calidad de servicios que sobresalían en el Valle de Punilla.




Su funcionamiento como sala de cine acaparó todas las miradas de la gente local y de los turistas de la época. El Cine, en su momento de auge como medio de comunicación y expresión artística, se convirtió en el espacio de encuentro social cultural por excelencia de los habitantes de la región.


Se desprende de la crónica del primer informe que la sala tuvo sus momentos de esplendor en manos privadas, otra etapa subsiguiente de haber sido adquirido por la Municipalidad local, que incluye el advenimiento de muchos años de decadencia. Y finalmente, en la década del ´80 la reactivación del servicio por parte de un particular, el vecino Gustavo Villa hasta el inicio de los ´90 cuando tuvo que cerrarla e invertir en otros espacios culturales.
A partir de entonces, desembarcaron con mucha virulencia en nuestro país las políticas neoliberales con un impacto de tal magnitud y profundidad económica y social que repercutieron directamente en los consumos culturales. Entre ellos, los edificios de las salas de cine, teatros o colegios memorables empezaban a ofertarse al mejor postor para la apertura de shopping centers o supermercados. Más precisamente en Tanti ninguna de las dos formas de reemplazo utilitario se concretaron pero a cambio recaló el abandono deliberado y arbitrario que fagocitaron casi cuarenta años de historia.
Con una modalidad despreocupada, en la década de los ´90 un gran tabique de madera ocultó todo el interior del edifico: las butacas, el escenario, la pantalla, el cortinado, las luminarias, el decorado…la acústica y el alma de la gran sala.
El hall de ingreso se convirtió en un burocrático mostrador de atención municipal y hacia el costado, una estrecha escalera de acceso al proyector también quedó clausurada.
Todo se cubrió de silencio y oscuridad. Contra el tabique sólo resonaba el eco de nuestra pregunta de cuál sería el estado de lo que allí quedaba ocultado.
Y aquí viene mi recuerdo particular de lo que sentí el día que con Irene Busquier de Duval – cámara en mano-nos infiltramos por esa estrecha escalera hasta desembocar de lleno en la sala del proyector.
Fue tanto el espanto con el que nos encontramos, que mis cinco sentidos no alcanzaban a dimensionar la tragedia en la que habían abandonado a nuestro cine.



Bien podría narrarlo en clave de guión, con momentos de suspenso y visiones dignas de los efectos especiales, cual la narrativa de autoficción, repleto de miradas subjetivas y sentimientos personales de decepción, angustia y desamparo. El gran proyector se había quedado sin luz. Justo el lugar desde donde se disparaba la magia, la fantasía, el mundo, los sueños…los mitos de las historias y las historias que se hacían realidad en una gran pantalla.
Los recuerdos aparecieron de repente, a medida que despejábamos el camino tapado de telas de arañas y escombros, muebles amontonados, olor a encierro y humedad, entre otras barbaridades.
Sin pensarlo, vino a mi mente la música de “Cinema Paradiso”, ese inolvidable film italiano que se convirtió en una dulce declaración de amor por el cine. El Cine Teatro Gran Sierras atesoraba recuerdos muy vivos de mi adolescencia: las películas de estreno, las juntadas con amigos, los eventos sociales entre vecinos, mi cámara acompañando la diversión de los actores locales de “Humor en Grupo”, los festivales de danzas de tantas generaciones, la entrega de diplomas del final del secundario…
De pronto me pareció ver a “Indiana Jones” con su látigo y sombrero en mano con sus “Cazadores del Arca Perdida”. También sobrevoló por momentos el sonido de los aviones de “Top Gun” con Tom Cruise o de “Reto al Destino”, películas que vimos una y otra vez hasta que una nueva se instalaba en la Cartelera.

Me asomé para ver las butacas pero casi estaban en ruinas cubiertas de todo tipo de residuos acumulados. Ante tanta tristeza, busqué rescatar con la memoria a mi favorito de la pantalla, “ET”, el famoso extraterrestre que tomaba la bicicleta y se marchaba volando, llevando consigo a todos sus amigos hacia una aventura de diversión…Todas esas imágenes se desvanecieron como un viejo telón olvidado y maltratado al encontrar entre mis zapatos un rollo típico de los proyectores de entonces. En él sólo se transparentaba la sentencia “THE END”. Lo tomé entre mis manos y lo acerqué al corazón que parecía había dejado de latir.


Todo quedó registrado. Nos marchamos del lugar así como habíamos ingresado. Pero afortunadamente la historia tiene un final feliz. El gobierno municipal que le sucedió a esta etapa tomó la decisión de gestión de recuperar nuestro Cine, para dar lugar al actual Centro Cultural Tanti.





Los trabajos de recuperación comenzaron en diciembre de 2003. Fue la primera acción que la Junta prevista en Ordenanza Municipal ( N° 082/01 “Rescate, Resguardo y Protección del Patrimonio Integral”, en la gestión de Alejandro Pérez Baroni se realizó bajo el seguimiento del Ing. Víctor Pérez.





Y volvieron las clases de teatro con Giselle Faiella, resonaron nuevamente los Coros de Tanti, la música del TEM, los pintores locales, los talleres de escritura, las Danzas, los telares, el Club de Abuelos, los eventos deportivos, entre otros, el cine en pantalla reducida…pero cine al fin…tratando de no olvidar a los cuatro cuadros originales que daban la bienvenida en la entrada, Marilyn Monroe, Clark Gable, un Sandro muy joven y tantos más.
A esta altura del relato, mi remate busca ser taquillero, que se venda como un boleto directo a la Historia de Tanti, sobre la importancia de la gestión sobre políticas de Conservación o puesta en valor de nuestros Bienes Patrimoniales, tangibles e intangibles, como sello de la mismísima identidad de cada uno de nosotros y de la construcción de una IDENTIDAD en comunidad.

THE END.

Lic. Ana Claudia Simes

Fotos actuales: Arq. Carolina Dardi para Archivo Junta de Historia de Tanti
Fotos: Solar de Piedra de Alejandro Nuesch
Foto: Archivo Tanti Turismo
Imágenes del trabajo de recuperación: Captura de Pantalla del Video Documental de Obra de Recuperación del Cine: Alejandro Pérez Baroni – Edición Luis Tórtolo

Comentarios

  1. Soy Jorge V. Casares Ramallo. Con mucho gusto he revivido recuerdos con esta nota. Toda mi infancia tuvo que ver con los veranos en Tanti y las esperadas películas de matinée y ya más grande con las funciones de la noche. Cada vez que se editaba el programa semanal tenia un ejemplar para elegir. Alguna vez tuve ocasión de subir al escenario como integrante del grupo de actores de "Humor en grupo" hace como 35 años. Un gran abrazo. Saludos ..y ¡Adelante!!

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