EL REGISTRO DE LAS EPIDEMIAS
POR EL CAMINO REAL
Lic. Ana Claudia Simes. Tanti. Córdoba. 2020.
( Escrito para la Junta de Historia y Patrimonio Natural de Tanti )
Transmitir y comunicar los hechos del pasado tienen un
rol tan importante como asignar al legado histórico y su patrimonio una función
de memoria y conocimiento en la vida actual y colectiva. Por ello, nunca tan
oportuno es dar una mirada al registro de las epidemias de la época colonial en
América ( más precisamente Córdoba ) y su relación obligada con Buenos Aires y
ésta con el Viejo Mundo. Un puerto en Buenos Aires a mar abierto, barcos con tripulantes
muchas veces afiebrados, falta de higiene, mala alimentación, sequías prolongadas
o tremendas inundaciones propiciaban las enfermedades que solían confundirse en
el imaginario social con castigos divinos. Si bien las distancias entre los
poblados ayudaba a desalentar los contagios, era el traslado de mercaderías y
personas desde el puerto por los caminos del interior del Virreinato las que
desparramaban las pestes.
“Los puertos fluviales
y el llamado Camino Real –que conectaba las principales ciudades- eran útiles
al transporte de mercancías y personas, pero también vehículos para diseminar
enfermedades”(1).
Josefina Piana, Dra en
Historia, agrega al respecto (2): “En el Colegio Máximo y las Estancias
Jesuitas de Córdoba, los hermanos estaban atentos a enfermedades y epidemias.”
Según los datos ofrecidos, el Colegio Máximo contaba con una Botica y
Enfermería y en las Estancias del Interior de Córdoba estaban los “Barberos”,
instruídos por los boticarios para realizar las curaciones y cuarentenas. Según
consta en los archivos, se utilizaba pólvora para cauterizar las heridas, tenían
balanzas, morteros y frascos. Se tienen datos de las epidemias de 1720, 1735,
1745 y 1755, que al menos duraron dos años. “Eran epidemias que ingresaban por
el Puerto de Buenos Aires -indica Piana- y se transmitían por los caminos de
los intercambios de bienes y personas y se expandían por las Misiones y
Estancias”. En ocasión de epidemia, el azufre era utilizado como antiséptico y
para purificar ambientes. Había gallinas y huevos para los enfermos y gran
cantidad de lienzo para los entierros…
Son variados los
registros de las epidemias ocurridas en la zona de tránsito que constituía a
nuestra región, entre ellos, los historiadores han recurrido a “Las Cartas
Anuas” -informes al General de la Orden Jesuítica- que relataban la labor
desarrollada tanto en las misiones guaraníticas como en los colegios y
estancias. También son valiosos los informes oficiales, civiles o
eclesiásticos, memoriales, solicitudes a la corona.
Cabe citar como
ejemplo, la “Peste Grande” con origen en
la ciudad de Buenos Aires entre 1717 y 1719.
Las Anuas reafirman la presencia de la epidemia en Córdoba para el año
1718: “Vamos a hablar ahora del año de 1718, el cual ha sido por su mitad muy
triste para los habitantes de la ciudad y sus alrededores por los estragos de
la peste”(3). Allí se informa al General de la Orden que murieron en la ciudad
dos sacerdotes -en julio y agosto de ese año- y un hermano coadjutor falleció
en noviembre, cuando “fue enviado a socorro de los indios y morenos de servicio
en nuestra estancia de Santa Catalina”….“la peste ha causado aquí atroces
estragos hasta 300 millas a la redonda y se ha llevado muchos miles de
personas” y agregaba que sólo la Compañía había perdido 325 esclavos” . Los
informes enviados por los jesuitas también mencionan que la epidemia se habría
extendido a Santiago del Estero, donde murieron tres miembros de la Compañía. La
enfermedad avanzó aún más, tal como consta en el informe del gobernador del
Tucumán al Rey, donde al pasar se refiere a ella diciendo “la epidemia que
padecen estas provincias por castigo de nuestras culpas”. Habría llegado
también a Tarija y a las misiones de Chiquitos, según consta por la muerte de
misioneros debidas a “la peste que hubo en aquellas provincias” .
Los contagios no
respetaban ningún orden social, pero en general morían los más vulnerables,
entre ellos los negros esclavos e indios en servicio…
No sé ustedes, pero en
lo personal, repasar la historia siempre me da la sensación de estar hablando
del presente, al menos en los grandes trazos que son los que pudieran volver a
reproducirse…
Bibliografía:
(1) Frías,
Susana R., Montserrat, María Inés. “Pestes y muerte en el Río de la Plata y
Tucumán (1700-1750)” [en línea], Temas de Historia Argentina y Americana 25
(2017). Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/pestes-rio-de-la-plata-tucuman.pdf
Pág. 32
(2)
PIANA, Josefina. Dra. en Historia( UNC ). Curso
Patrimonio Histórico Argentino. ( Periodo Colonial ) Clase 3. https://www.youtube.com/watch?v=vLvbRR9bw74&list=PL-3RziZ0N95D6hdETmZsrMG-X9jjGbsl0&index=4&t=0s
(3)
Pág. 44
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